EL HOMBRE DE HOY Y LA IGLESIA
“Diez
minutos con Jesús” es una iniciativa lanzada hace unos meses en el verano que
ha concluido, donde han credo grupos de whatsapp que reciben cada día un audio
con una meditación.
Todo empezó con una madre de familia numerosa –once hijos– preocupada por porque sus hijos rezaran. Se puso en contacto, entonces, con el sacerdote del colegio para ver qué podían hacer para que la gente joven hiciera oración. Debía ser algo que conectase con el estilo de vida de los chavales. Así, aunque todo proyecto cuesta arrancar, decidieron grabar en audio algunas meditaciones con la ayuda de otros sacerdotes.
Originalmente
la idea era tenerlo todo en una carpeta de Dropbox para poder compartirlo y que
la gente lo tuviera. Pero cuando Sánchez-Cervera, que fue el tercer sacerdote
en involucrarse en esta misión, sacerdote en Madrid, quiso compartir el audio
con los jóvenes de su parroquia, le pareció más sencillo hacerlo a través de un
grupo de WhatsApp. La idea era subir una meditación cada día.
Ese
primer grupo se llenó con los jóvenes de la parroquia y con sus amigos –cada
grupo de WhatsApp puede contener hasta 257 miembros–. Fueron compartiéndolo
entre ellos. Antes de acabar el día, se habían llenado ya tres grupos y, al día
siguiente, se formaron el número 4, 5 y así sucesivamente. A día de hoy estamos
completando más del grupo 32. Eso son más de 8.000 jóvenes y parece ser no tan
jóvenes.
Pero
el éxito de la iniciativa, a la que han bautizado como 10 minutos con
Jesús, ya contiene su propio blog, donde escuchar el audio de cada día,
además un foro donde se encuentra la opción de escribir comentarios, todas bien
positivas, la dirección web es: ( http://10minutosconjesus.blogspot.com/ ),
ha ampliado la opción de utilizar la herramienta telegram, y además un
canal de Youtube donde suben las meditaciones, y puedes escuchar las
meditaciones de otros días.
La
dinámica es sencilla y es igual para todos los grupos. Cada mañana, el
administrador del grupo, pone una pequeña introducción para presentar la
reflexión y, seguidamente, comparte el audio. El archivo de sonido
comienza con una oración introductoria y después vienen diez minutos de oración
guiada. Es una pequeña meditación, al hilo de algún pasaje del Evangelio y,
normalmente, con anécdotas y ejemplos, o bien de algún comentario del santo del
día. Se trata de hablar con Jesús y de animar a los que nos escuchan a hablar
con Jesús.
La
idea es huir del lenguaje clerical, técnico o retórico. Así lo han puesto en el
manual de estilo que nos han hecho los curas, actualmente participan ocho
sacerdotes en la iniciativa. Quieren ser muy claros y llanos.
Este
proyecto se pueden sacar muchas ideas reveladoras de cara al Sínodo. La rápida
difusión de 10 minutos con Jesús es muy significativa. El sacerdote
Javier Sánchez-Cervera opina que por una lado, que nos indica que la
gente, en especial la gente joven, tiene sed de Dios. Están deseando tener
espacios y momento y maneras de encontrarse con Dios. Y por otro lado, dice que
está claro que no lo encuentran o que no se sienten atraídos por quienes le
presentan a Jesús. El éxito de la iniciativa es que los chavales se encuentran
con un producto asequible, en un lenguaje que ellos entienden, en un
medio que manejan y con ejemplos muy de la vida, concluía el párroco de Fuente
del Fresno en una entrevista a Alfa y Omega.
A
opinión propia desde SOCIAL MEDIA FRANCISCANOS AB, creemos que tanto los
jóvenes como las familias, están con una agenda bien completa, llena de
actividades, con largos tiempo para desplazarse de un lado a otro, donde la
oración es difícil llevarla en práctica, siempre se va dejando en un segundo
plano en las prioridades de los quehaceres y apenas se deja tiempo para orar.
Tener la disposición de una breve oración de diez minutos en el móvil, hace que
se puede orar en cualquier sitio y momento, entre una y otra actividad de
nuestra agenda diaria, de ahí gran parte de su éxito también. De San Francisco
de Asís cuentan sus biógrafos la anécdota que cada vez que quería separase a
orar, cogía la capucha de su hábito y se la echaba sobre la cabeza, y durante
ese ratito los hermanos sabían que estaba rezando, después volvía a
quitarse la capucha y en marcha con la actividad que tenía entre manos. Así es
como el hombre de hoy se pone los cascos o el móvil y vuelve luego a sus tareas
cotidianas.
Paz
y Bien